Todas las noches de mi infancia tienen parte de un recuerdo. Subía las escaleras de mi casa y desde la escalera iba hablando la misma cantinela noche tras noche. Yo: “hasta mañana” .mis abuelos: “si Dios quiere” yo: “que paséis buenas noches” mis abuelos: “ igualmente . Es tan especial ese recuerdo que se lo vamos repitiendo a las nuevas generaciones

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