Tenia 7 años y fue la primera vez que hacíamos un viaje de verdad. A conocer una ciudad con mis padres, mi hermano y mis primos. Mi hermano, de 4 años, se rompió la pierna el día antes de ir al viaje y mi padre compró una sillita para que mi madre no anulara el viaje. Fuimos a Sierra Nevada y pudimos hacernos fotos con algo de nieve, ya que era junio y ya quedaba poca. Lo pasamos genial. Dormíamos en la furgoneta de mi padre todos juntos. A la vuelta pasamos por Malaga y fuimos a la playa. Fue el recuerdo más bonito que tengo de mi padre y sus ganas de vivir la vida.

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