Aunque decía que no era buena cocinera y que sus recetas eran simples, llegué a pedirle varias porque me gustaba su comida. Por ejemplo un plato con pollo o la forma de preparar la pasta. Siempre me ofreció su casa y todo lo que tenía para que me sintiera cómodo. Siempre hospitalaria, siempre atenta y amable. Igual que su madre…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *