Abarazar a mi padre ahora que tiene 80 años y escuchar su corazón, me transporta a ese momento en el que de pequeña, con tan solo 4 o 5 añitos me quedaba dormida en el sofá y el me cogía entre sus brazos y apoyando mi cabeza cerca de su corazón, me subía las escaleras hasta arroparme en mi cama… Infinidad de veces me hacia la dormida solo para sentir ese momento tan maravillosos entre los brazos de mi padre, brazos que por suerte, cada vez que puedo le robó un abrazo.

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