Recuerdo como si fuera hoy las batas de mi abuela, esos bolsillos en los que yo siempre rebuscaba cuando era pequeña anhelando encontrar tesoros…. Mi abuela sabía de mi ilusión y nunca faltaban sugus, eso caramelos que sabía que me encantaban. Metía la mano y parecía que crecían en su bolsillo. Y yo encantada de que mi abuela siempre estuviera ahí para hacerme sonreír y endulzarme la vida. Te echo de menos yaya Maria. ❤️

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